Friday, April 12, 2013

Fisting: "El acto de meter el puño" - Parte 1 1/2

Empiezo con la frase con la que acabé la primera parte: “Tómate un descanso, bebe algo, fúmate un cigarro y vuelve a empezar...” siempre que todo haya ido bien, como esperabas.


Algunos de vosotros os sentiréis un poco mareados, No os preocupéis, es la reacción del cuerpo al fisteo. Mi consejo: siéntate y come algo dulce. ¡El chocolate es lo mejor!

A otros os vendrán un montón de preguntas a la cabeza: ¿Qué ha pasado? ¿Ha entrado tu mano en mi culo? ¿Se va a volver a cerrar mi culo? ¿A qué profundidad se abrirá? y más...

Dejadme explicaros por qué el culo es tan flexible.

Entender la estructura anatómica y el propósito fisiológico del ano y el recto ayuda a entender tanto el porqué de la posibilidad anatómica del fisting como el por qué del placer físico derivado de él.

El recto es una estructura en forma de tubo hecho de sueltas capas de tejido suave y liso. Su longitud total es de unos 20 a 25 centímetros. Normalmente, el recto es más abierto y espacioso que el ano. Como el ano, tiene una enorme capacidad para dilatarse.

El último tramo del sistema intestinal está formado esencialmente por un tubo continuo (colon o intestino grueso) que acaba en el colon sigmoideo, y de ahí conecta con el recto y el ano. Se caracteriza por sus pliegues, llamados fossa, y curvas. Estos pliegues dan al sistema la capacidad de dilatarse ampliamente como un acordeón. La finalidad fisiológica de la última parte del sistema intestinal es la de compactar y eliminar los desechos. Está anatómicamente construida para encargarse del movimiento de material pesado. Los pliegues ayudan al sistema expandiéndose para acomodar el material pesado que deben transportar, y el músculo liso que forma las paredes del sistema mueve el material a lo largo de él. Una línea de tejido mucoso lubrica el proceso. Por su naturaleza, el canal anal (el ano o abertura anal) y el recto son capaces de aprender a adaptarse a varios tamaños y a desarrollar la flexibilidad y fuerza para afrontar nuevas demandas.

Las partes del cuerpo que intervienen directamente en el fisting son el canal anal y el recto.

La función principal del canal anal y del recto es la de evacuar material. El fisting o la inserción de cualquier objeto (como consoladores) en el canal anal requiere que el sistema opere de forma inversa.

El canal anal está formado por el esfínter externo y el esfínter interno y da forma al ano. El canal anal es un grupo de músculos de gran fuerza diseñados para expandirse y contraerse para acomodarse a los diversos tamaños de las excreciones. El canal anal puede ser controlado tanto por el sistema nervioso simpático como por el parasimpático. Es decir, que funciona por él mismo sin necesidad de pensarlo, pero también puede ser enseñado para que responda a nuestra voluntad. Después de todo, uno no defeca justo en el momento en que le vienen las ganas. Hemos aprendido a aguantar la necesidad del movimiento intestinal hasta que llegamos a un lugar adecuado (normalmente un WC). Los que practican el sexo anal han aprendido a controlar el canal anal a un alto nivel y a relajar voluntariamente el ano para acomodarlo a cualquier objeto que sea introducido en él. El fisting requiere de un gran control sobre el ano; con tiempo y con paciencia, el ano puede aprender a permitir ser atravesado por un puño. Dependiendo del nivel de experiencia anal que una persona tenga, el canal anal estará preparado o no para aceptar un puño. Esto también depende del tamaño del puño en cuestión: un puño pequeño será más fácil de aceptar que uno más grande. Del mismo modo que uno no espera desarrollar un pecho en forma de V de la noche a la mañana, tampoco debe esperar que le entre un puño al primer o segundo intento. Con el tiempo, una práctica cuidadosa y sin forzar, se desarrollará el canal anal. Forzar sólo puede llevar a dolor y daños.
¿Cómo puedes saber si el ano está preparado para albergar un puño? Es bastante sencillo: si hay dolor, no está preparado. Aunque te guste el dolor, sé paciente contigo mismo y deja que sea tu ano quien te diga cuándo está preparado. Esto podría llevar meses o incluso un año o más, pero tienes toda tu vida para conseguirlo. No dejes que nadie te fuerce a ir más allá de la que tú creas que es tu capacidad en cada momento. Si no tienes experiencia pero el ACTIVO es bueno y experimentado, confía en él.
Por sí mismo, el recto ya es una cavidad: es un almacén o estación de paso para el material que espera ser eliminado a través del ano. El recto, además, no suele ser tan reticente como el ano a la hora de albergar un puño. Sin embargo, hay algunas cosas sobre el recto que debes tener en cuenta.

El recto es un músculo y, a menos que tengas mucha experiencia con consoladores grandes, no estará acostumbrado a albergar objetos del tamaño de un puño. Igual que el canal anal, el recto también requiere ser entrenado con paciencia. En el momento en que el ano esté preparado para ser atravesado por un puño, el recto ya estará listo para albergarlo. Un puño o cualquier objeto que sea demasiado grande para el recto puede causar un desgarro en las mucosas. Esto no es grave, pero podría requerir atención médica y una prescripción de antibióticos.

Una vez hayas decidido que estás listo y permitas que una mano bien lubricada se deslice dentro de tu ano para llegar a depender del dominio de la muñeca de tu compañero, la sensación será muy intensa. Es una sensación difícil de describir y, aunque no debería ser dolorosa o mejor dicho casi indolora, la sensación podría ser nueva e intensa hasta el punto de no saber si se trata de placer o dolor. Con el tiempo, cuando estés familiarizado con esa nueva sensación, la intensidad de la entrada disminuirá. Esto será necesario para que, con el nuevo requerimiento que le estás haciendo a tu ano y recto, estos puedan dilatar más allá de lo que normalmente esperan.
Tu compañero inserta su mano dentro del ano doblando los dedos y siguiendo la curvatura natural de tu recto. El pulgar está en la palma y, mientras la actividad progresa, los otros dedos se doblan sobre el pulgar para formar un puño. La intensidad de la sensación viene del acto de dilatar las paredes rectales con los dedos. Una vez se haya formado el Puño, el recto se encuentra con la necesidad de acomodar el bulto del Puño, y se produce una gran sensación de alivio cuando el ano consigue estrecharse alrededor de la muñeca.
Aunque la mayor parte del placer del Fisting viene de la sensación del volumen del puño, al principio tanto podrías ser capaz de recibirlo como no y podrías querer que tu compañero sacara su mano casi de inmediato. Esto es muy común y no debes dudar en hacer saber a tu compañero lo que quieres. El acto de sacar la mano puede ser tan intenso como la inserción. De todas maneras, incluso aunque sientas que quieres la mano fuera lo más rápido posible, no permitas que tu compañero la empuje hacia afuera rápidamente y no la “empujes” tú. Como ya conoces el proceso de lo que has tenido que hacer por tu parte para permitir que la mano entrara en tu recto, ahora debes seguir cuidadosamente el mismo proceso a la inversa. Puedes controlar la salida (y la inserción) cogiendo aire profunda y lentamente. Por mi propia experiencia, puedo decir que aprender a respirar a fondo y lentamente es la clave para controlar el ano.

Ante la idea de querer la mano fuera inmediatamente, espera unos pocos segundos o minutos para acostumbrarte a ella, ya que se trata de una sensación nueva, antes de pedir a tu compañero que saque la mano lentamente.

Por otro lado, podrías no querer que la mano salga inmediatamente. Cuando consigues esto, estás preparado para disfrutar del la sensación de un puño en tu recto. Deja que tu compañero mantenga la mano completamente quieta y permítete notar las sensaciones de tu recto mientras se acostumbra al puño.

Debido a la naturaleza anatómica y fisiológica del ano y el recto -grupos musculares diseñados para adaptarse a bultos de diversos gruesos- no debería sorprenderte que, con el entrenamiento, el sistema pueda aprender a aceptar algo tan grande como una mano.  A menudo, los cirujanos introducen toda su mano en pacientes anestesiados durante las operaciones de recto. Se trata, pues, de un proceso no tan lejano ni extraño, aunque hacerlo en busca de placer sexual sea un tema totalmente diferente.

Muy bien, hay una parte de ti que se pregunta: jejeje, ¿y cuándo se va a volver a cerrar mi culo? Nuestro cuerpo está hecho para hacer o reaccionar a todo tipo de cosas y una de ellas es que el músculo del ano se cierre. Por ejemplo, después de ir al baño. También ahora lo hará, aunque un uso excesivo de consoladores y manos podrían provocar que el músculo quedara excesivamente relajado y flácido. DEMASIADO nunca es bueno, cada uno tiene que decidir. Sin embargo, deberías relajarte después de jugar. La mejor manera de hacerlo es tomar un baño caliente sentado en la ducha o la bañera después de jugar o a la mañana siguiente. Esto relaja el músculo del ano y las cosas vuelven a su lugar. Hay también productos que puedes comprar en la farmacia para ayudarte, por ejemplo pomada Voltaren; ten en cuenta que produce un cosquilleo y una sensación de calor durante 30 segundos, pero ayuda especialmente cuando te hayan metido manos grandes.

Otra cosa IMPORTANTE es que no debes creer que, tal como ves en las películas o en YouTube, podrás tener un brazo entero dentro en poco tiempo. No pienses que irás tan adentro que podrán llegar hasta tu corazón. Nunca llegarás tan lejos como para que la mano salga por el otro lado.

El largo camino hasta el recto y el colon sigmoideo está formado por esfínteres internos y uno externo llamado ano. En la mayoría de casos, nunca iremos más allá, o, mejor dicho, más adentro del 6º u 8º esfínter. Cada esfínter te va a producir la misma sensación de la primera vez que fuiste fisteado y puede darte el mismo placer o dolor. Esto quiere decir que cada paso debe ser dado con precaución. Después del 3º o 4º esfínter debes ser más cuidadoso. Cuanto más adentro vamos, más sensible y fino o suave es el tejido.

¿Ya se ha tranquilizado todo el mundo ahora? Pues ya podemos seguir jugando...

Recuerda que cada vez que fisteas será diferente, no hay manos ni tíos iguales. Incluso si juegas con el mismo tío puede ser diferente. Ya sé que lo he dicho antes, pero lo haré muchas más veces: lo más importante es la conexión entre dos personas. Te sentirás más cómodo en general con un tío que te atraiga, sobre todo si eres el  ACTIVO. Ahora, hablando desde mi punto de vista, sé que daré más de mí cuando me sienta atraído físicamente por el pasivo. Para los Pasivos es por supuesto igual, aunque, cuando pienso en mi propio novio, creo que hay otros elementos que pueden contar y que pueden ser incluso más importantes, como el tamaño de la polla o de las manos.

Cuando hablamos del tamaño de las pollas lo hacemos en centímetros de longitud y/o de diámetro. En cambio, el tamaño de las manos se gradúa en general en S (6), M (7-8), L (9-10), XL (11-12) e incluso XXL, dependiendo todas de la estructura ósea o de tejido y también en la forma en que la mano puede ser plegada.

Ahora que ya sabemos aún más, volvamos a la frase con la que acabé la primera parte y empecé esta: “Tómate un descanso, bebe algo, fúmate un cigarro y vuelve a empezar...” Todo ha ido bien y queremos volver a probar. Vuelve a la posición en que te sientas cómodo y volveremos a trabajar ese culo...
Empieza todo el proceso tal como expliqué en la parte 1 y la próxima vez te explicaré qué hacer después de que haya entrado el puño...

(Un agradecimiento especial a Sergi por la traducción / Special thanks to Sergi for the translation.)

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